<< en cualquier momento despegamos!
~ ~ ~ La sonificación es una disciplina relativamente reciente que consiste en la conversión sonora de datos. La percepción auditiva de estos datos se expresa a través de la temporalidad, espacialidad, su amplitud y resolución en frecuencias sonoras, que abren muchas posibilidades como alternativa o complemento a las técnicas de visualización, probablemente más conocidas. O sea, hacemos un paralelismo con lo que es la visualización de datos, que implica tomar algún grupo de datos en particular y tomar decisiones para generar la representación visual de esa información, por ejemplo traducciones en formas, tamaños, colores, altos, anchos, eventos en intervalos de tiempos, etc. En la sonificación creamos sonidos a partir de datos, y estos se manifiestan o perciben a través de alturas tonales, frecuencias, texturas sonoras, ritmos, amplitud o volumen, parámetros en control de filtros, etc. Por ejemplo el rango de clickeo de un contador Geiger (1908) nos habla del nivel de radiación en el entorno del dispositivo. Está también el monitor de pulso cardíaco, ese que vemos en todos los hospitales, donde los eventos musculares del corazón son transducidos a sonidos, los típicos blips, a la par que vemos su graficación en pantalla. Están habiendo cada vez más exploraciones en este territorio de la sonificación, tal vez también porque es cada vez más fácil acceder a grupos voluminosos de datos a través de internet. Lo que sucedió en principio en laboratorios científicos fue muy rápidamente adoptado por artistas cuyas prácticas se encuentran dentro del arte y las nuevas tecnologías y en la actualidad es muy común ver artistas y científicos trabajando colaborativamente para sacarle algún sentido a la escucha de los datos. Por supuesto estos sentidos van desde lo estrictamente estético a lo estrictamente científico encontrándose en el medio un montón de prácticas más híbridas. Lo cierto es que para lograr una cabal comprensión del sonido escuchado y no sólo quedarse con el resultado estético, siempre en estos casos se dan a conocer a la vez que el sonido, el contexto en que esos datos son transfomados, los algoritmos que traducen esos datos en qué sonidos, las estrategias utilizadas para esa transducción sonora.
Las espigas del virus SARS-CoV-2 son particularmente complejas, implican 3 cadenas proteínicas dobladas en patrones intrincados. Son las que dan a los coronavirus su típico aspecto en corona y les permiten entrar en la célula hospedadora a través de receptores específicos de la membrana plasmática. El ingeniero y músico Markus Buehler y sus colegas del MIT (Massachusetts Institute of Technology) han trabajado en la sonificación de las proteínas y sus estructuras tratando de arribar a una música equivalente. Al respecto Markus Buehler dice que: "Estas estructuras son muy pequeñas para el ojo humano, pero pueden ser oídas. A través de la música podemos percibir la espiga del SARS-CoV-2 desde un nuevo ángulo, a la vez que darnos cuenta de la urgente necesidad de entender el lenguaje de las proteínas."
El artista sonoro Antoine Bertin, de Francia, incursionó en algo parecido al ejemplo anterior, pero desde otro lado más estético y tratando de generar una música para meditación. Desarrolló una manera de “escuchar” el coronavirus a través también de la decodificación de un fragmento del genoma del SARS-COV2 convirtiendo las secuencias de A, C, G y U (adenina, guanina, citosina, uracilo) adjudicándoles una nota a cada letra de la secuencia, repitiendo las notas 30.000 veces y organizándolas de una manera que dialoga con la curva de propagación de la pandemia. El tempo aumenta a medida que la pandemia aumenta, siguiendo una curva exponencial y se enlentece al final cuando esta desaparece también debido a nuestro enlentecimiento en la movilidad.
El ultimo ejemplo del cual hablaremos es un time-lapse audiovisual de cada muerte debida al coronavirus desde enero 2020 a junio 2020. Está inspirado en un conocido trabajo que tal vez hayan visto en las redes sociales hace unos años, de Isao Hashimoto's "A Time-Lapse Map of Every Nuclear Explosion Since 1945"; cada país está representado por un tono y un blip se desencadena cuando cada muerte es registrada. Se imaginarán que este trabajo comienza muy lento pero muy rápidamente se acelera. En el momento que se publicó esta pieza, habían ya sucedido más de 500.000 muertes, muy distante de la actualidad en que estamos bastante más de 3.000.000 de muertes
~ ~ ~ ~ ~ Otros ejemplos de sonificaciones del COVID-19 (no incluídos en la columna radial): Sonifying The Coronavirus Pandemic
Covid-19 Data Sonification #65 from Pedro Rebelo on Vimeo. ~ ~ ~ ~ ~ >>>
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